Los dos últimos cursos he formado parte de algunos tribunales que juzgaron los trabajos fin de máster (TFM). Uno de los mayores problemas formales se encontraba en la bibliografía y en las citas. No es algo exclusivo de los estudiantes, también lo he detectado en investigadores, revistas y editoriales de prestigio. A veces yo mismo me enredo en este punto debido a que no todos siguen un estilo bibliográfico y de citas estandarizado. Dentro de las humanidades en lengua española (y en las demás de un ámbito lingüístico más cercano) lo que predomina es un estilo híbrido, casi Frankenstein.
A muchos les sonarán los estilos MLA, Harvard, APA, Turabian, Chicago Style, MHRA, Oxford o Vancuber pero muy pocos tienen claro cómo funciona cada uno (yo a veces, también dudo). Los voy a explicar con un libro de los sencillos: único autor personal y que no es traducción ni edición al cuidado de nadie. Primero lo sencillo, ya iremos a lo complicado.
El conejillo de indias 😉 |
Los datos básicos de este libro son:
autora: M.ª Elena Azofra Sierra
título: Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica
ciudad donde se edita: Madrid
editorial que lo publica: Universidad Nacional de Educación a Distancia
año en el que se publica: 2009
Por cierto, los datos no se extraen de la tapa o cubierta, que es lo que se ve en la foto, sino de la portada y de la página de créditos del libro (esta puede estar en el vuelto de la portada, puede ser la página anterior, puede estar al final de libro; es donde aparecen detalles como el ISBN, la noticia del copyright –esa que nos dice que como fotocopiemos el libro iremos al infierno–, la historia editorial del libro, la dirección de la editorial, quién ha diseñado la cubierta (tapa), a veces, incluso, tiene la ficha catalográfica).
Veamos en una tabla cómo sería la entrada bibliográfica del libro anterior según los distintos estilos más comunes y conocidos:
Harvard | Azofra Sierra, M. E. (2009). Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. |
APA | Azofra Sierra, M. E. (2009). Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. |
Chicago Science | Azofra Sierra, M. E. 2009. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. |
MLA | Azofra Sierra, M. E. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2009. Print. |
MHRA | Azofra Sierra, M. E. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica (Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2009) |
Chicago Arts | Azofra Sierra, M. E. Mofosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2009. |
Oxford | Azofra Sierra, M. E. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2009. |
Vancouver | Azofra Sierra ME. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia; 2009. |
Las entradas las podemos agrupar en dos grandes bloques:
- las que tras el autor incluyen el año, conocidas como autor-año (Harvard, APA, Chicago Sicence), y
- las que el año es el último elemento (MLA, MHRA, Chicago Arts, Oxford, Vancouver).
Si te fijas un poco más, verás que las dos primeras se presentan de la misma manera: el año está encerrado entre paréntesis, mientras que Chicago Science no. Si te fijas un poco más, verás que las parentéticas acaban en un punto. En muchas revistas españolas y libros españoles, sin embargo, es normal encontrar dos puntos tras el año, vaya con paréntesis o no:
Paréntesis y dos puntos |
Sin paréntesis y dos puntos |
e incluso con coma:
Paréntesis y coma |
lo que es una violación de los estilos usuales.
La utilización de los dos puntos, ampliamente difundida entre los autores españoles, quizá venga avalada por la Real Academia Española. Aunque en la última edición de la Ortografía de la lengua española (Madrid: RAE, 2010) no dice nada al tratar del uso de los dos puntos (§ 3.4.4), sin embargo, en la relación de autores y obras (pp. 731–743) siempre utiliza dos puntos entre el nombre del autor y el título de la obra.
Las entradas en las que el año es el último elemento (o casi) se pueden subagrupar en otros dos bloques (el guion no es significativo en la lista)
- ciudad – editorial, y
- editorial – ciudad.
El segundo modelo –Oxford– está casi extinto, por lo que no lo mencionaré más, aunque algún que otro libro que lo utiliza aún.
En el primero –MLA, MHRA, Chicago Arts y Vancouver–, si los analizas con detenimiento, podrás observar curiosas variaciones en los signos de puntuación. Todos ponen dos puntos tras la ciudad (Madrid:).
Entre la editorial y el año de publicación la mayoría prefiere una coma (Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2009), aunque hay un rarito: el sistema Vancouber prefiere punto y coma (Universidad Nacional de Educación a Distancia; 2009). Entre los «de letras» este sistema no se usa, es coto de los de biomedicina y no lo mencionaré más.
Hay uno curioso: el estilo MHRA –¡son británicos y conducen por la izquierda!– encierra todos los datos referentes a la ciudad, la editorial y el año entre paréntesis:
Azofra Sierra, M. E. Morfosintaxis histórica del español: de la teoría a la práctica (Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2009)
El uso de uno u otro estilo de bibliografía suele venir impuesto por la materia. El sistema parentético suele utilizarse en lingüística mientras que el sistema de año al final lo prefieren los de literatura e historia, aunque a veces unos y otros alternan los estilos.
La conclusión, y mi recomendación, es que se utilice el estilo que se utilice se ha de hacer con congruencia y consecuencia. No se han de violar las normas de los estilos estandarizados ni mucho menos entremezclarlos. Con un poco de disciplina se consigue.
Dejo para una nota posterior cómo hacer las referencias de un artículo, de un capítulo y llegaremos a la complicación de cómo citar un artículo o un libro que existe en formato analógico (impreso), pero que se consulta en forma digital.